En España quedan pocas coctelerías que hayan sobrevivido al declive que vivió la industria en las décadas pasadas y que, al mismo tiempo, hayan sabido evolucionar y adaptarse a esta nueva época dorada. Alfonso Maya estudió Medicina pero la tradición familiar le llevó a hacerse cargo del Alexander Cocktail Bar en Granada. Su dedicación casi científica y su pasión por los destilados ha llevado a su local a lo más alto.
– ¿Cómo presentarías el Alexander Cocktail Bar?
Mi nombre es Alfonso Maya, soy el hombre multiorquesta de un espacio muy personal que recuerda a los antiguos clubs señoriales ingleses pero con un toque exótico debido a sus interiorismos con flores y hierbas autóctonas que nos trasladan al Jardín del Edén. Es un lugar ideal para disfrutar de la coctelería, donde cada detalle se cuida con sumo cariño.
– El bartending te llega por herencia familiar, ¿cómo vives ese día a día rodeado de elixires, destilados y amor por la barra?
En mi caso recogí el legado de mi padre y mi tío, bartenders que ejecutaron cócteles en los años oscuros de la coctelería española y que supusieron bastiones y fuentes de inspiración continuas. Nuestro compromiso ético con este legado de nuestros predecesores es máximo.
– Recientemente has estado nominado entre los 100 mejores bares del mundo, ¿es un premio lograr tal reconocimiento o es un reto seguir siendo nominado año tras año?
Estuvimos en la ceremonia de entrega de premios -Cuenta atrás- de The World’s 50 Best Bars by Drinks International en el 2015, una experiencia inolvidable que nos encantaría repetir, pero eso depende de un jurado internacional y de las estrategias nacionales de los 
componentes del jurado españoles. El pecado capital de España es el cainismo, y si no apreciamos -ni nos alegramos- el trabajo bien hecho de nuestros compañeros y vecinos más cercanos, difícilmente se podrán conseguir objetivos internacionales como por el que nos preguntas, estando situados en una pequeña villa inmortal del Sur de España como supone Granada.
No obstante, seguimos trabajando duro sin perder de vista cuales son nuestros puntos fuertes: la satisfacción integral del cliente, el desprendimiento personal en pos del servicio en el salón y la gran responsabilidad de perpetuar en el tiempo el legado de Alexander Cocktail Bar sin adulterar su línea de más de cuarenta años, a pesar de las modas pasajeras. ¡Paciencia!
– ¿Consideras que el momento del ron ha llegado? ¿Qué mejorarías por parte de las marcas o los medios para ponerlo en unos niveles de venta como puede ser la ginebra?
El ron es un espirituoso más complejo y sofisticado que la ginebra en general. Muchísimo más polivalente y dotado de una sinergia entre estilos extraordinaria. Su juego en coctelería es vastísimo e indudable el papel fundamental que jugó en el pasado (Punch, Tiki, Tropical, etc…), y que jugará en el presente y el futuro próximo.
El consumidor medio sólo debe percatarse de ello y probar ron de las mil y una maneras, variedades, zonas geográficas y estilos que existen en el mercado. Para ello es fundamental tener conciencia detrás de la barra de lo que supuso, supone y supondrá el Ron, Rum y Rhum en el Universo del Bar… Hay rones que son como perfumes de nicho, no los puede vender un neófito en la materia debido a su complejidad, que es consecuencia del respeto al noble arte de la destilación y el añejamiento.
– ¿Qué cóctel nos ron te gustaría proponer a nuestros lectores?
Este es un cóctel inspirado y dedicado a José Ferrer, Embajador Mundial del Consejo Regulador de los Vinos de Jerez para la Gastronomía.
La Ladera del Puerto
6 cl Ron El Dorado 3 infusionado en Cacao Tostado de La Destilería Picó (Puerto de Santamaría, Cádiz)
2 cl Crema de Coco Alexander (Homemade)
1,5 cl La Bota de Palo Cortado Equipo Navazos
Un Splash de Sal Líquida de Trufa
Un golpe de Zumo de Lima
Ralladura de Haba Tonka fresca y Nuez moscada en Superficie
Exorno floral como decoración insertado en pinza de bambú japonesa.
Agitar en Coctelera y servir en Coupette.