Matías Iriarte es uno de los tres bartenders españoles que compiten para representar a nuestro país en la final internacional de Bacardí Legacy. De origen argentino, aunque afincado en Palma de Mallorca, lidera dos locales de referencia en la isla, Ginbo y Chapeau 1987.
Hablamos con él de su cóctel, El Luchador, que se inspira en los paralelismos entre su trayectoria y la de Facundo Bacardí, y le preguntamos por su visión sobre la coctelería con ron.
– ¿Cuál ha sido tu trayectoria como bartender?
Empecé a trabajar como bartender en la barra de Pachá Mallorca para pagar mis estudios cuando tenía 18 años, y dos años después, estaba trabajando de barman en Puro Hotel, muy conocido en Palma, donde aprendí de gente muy buena. Tuve la suerte de conocer a Fabio Raffaelli (bar manager de Bar Fortuna en Nueva York), quien me transmitió la pasión por el mundo de la coctelería.
De ahí, me fui como bar manager a Mood Beach en Puerto Portals durante dos años, donde aprendí mucho sobre gestión. Y finalmente, en el 2008 conocí a mi socio Santiago Cebrián y empezamos el proyecto de Ginbo, con la idea de hacer algo diferente, de calidad, y que transmitiera toda la pasión que sentimos por el bar. El resto es historia… Ganamos el premio al Mejor Cocktail Bar de Baleares en la Diageo World Class, Mejor Carta de Cocktails de España en Fibar, alguno de nuestros bartenders ha sido finalista en las grandes competiciones…
– ¿Por qué decidiste presentarte a esta competición con la cantidad de concursos de coctelería que hay?
Me presenté a Bacardi Legacy Competition, porque es una competición que va de ser tú mismo y contar tu historia a través de un cóctel, de intentar que la gente te conozca cuando lo prueba, sepa quién eres y qué relación tienes con la marca, que en mi caso es mucha. Y también por la relación tan profunda que tiene Bacardí con la industria, la marca se vuelca para ayudar a los candidatos a difundir sus cócteles y que la gente los conozca.
– ¿Te gusta trabajar con ron? ¿Qué características diferenciales crees que aporta este destilado en coctelería?
Me gusta mucho trabajar con ron, creo que es uno de los destilados más versátiles, ya que lo puedes utilizar tanto en tragos cortos de aperitivo como en cocteles con zumo y de tipo «long drink». Para mí el ron puede aportar frescura en el caso del ron blanco, pero también profundidad y matices amaderados y de frutas tropicales en el caso de los rones oscuros o añejos. Es perfecto para la mezcla.
– ¿Cómo ves el consumo de ron en nuestro país?
El ron en España es, después de la ginebra, uno de los destilados más consumidos, sobre todo gracias al Cuba Libre (ron con refresco de cola y lima) y a uno de los cócteles más populares de la historia: el Mojito.
Debido a la gran variedad de rones que hay hoy en día y al profundo conocimiento de nuestros bartenders, el ron es una baza muy importante en coctelería, es y será siempre un producto de amplio consumo en nuestro país.
– ¿En qué te has inspirado para crear este cóctel?
El Luchador está inspirado en mis orígenes, mi historia… y en la historia y los orígenes de Facundo Bacardí, ambos inmigrantes, ambos hijos de un vendedor de vinos, los dos hicimos nuestra carrera en una isla alejada de nuestra tierra natal… y creamos algo, inspirado en nuestras vidas, que se convirtió en nuestro legado: Facundo creó Bacardí y yo creé con mi socio Santiago, Ginbo Bar. Ahora nuestra historia se plasma en un cóctel: El Luchador, mitad Facundo, mitad Matías. Es, al cien por cien, el reflejo de una lucha por salir adelante.
– ¿Por qué lo has llamado «El Luchador»?
Porque el cóctel escenifica la necesidad de crecer, y para crecer nos nutrimos de nuestras experiencias vitales, nuestras luchas personales… en definitiva, todos somos luchadores a nuestra manera, ya que tenemos objetivos y utilizamos nuestras vivencias para crear soluciones a las cosas que nos ocurren.
– ¿Por qué crees que este cóctel puede convertirse en una receta clásica?
El Luchador tiene características de varios cócteles clásicos cubanos, el Mojito, el Daiquiri, el Hemingway… Es una estructura muy de clásico, con un sabor muy agradable, cítrico, ligeramente dulce, y con el factor diferencial que es el toque de Fernet, que le da el punto herbáceo.
– Define el cóctel con tres palabras.
Cítrico, mediterráneo y refrescante.
– ¿Qué aporta cada uno de los ingredientes al resultado final?
Cada uno pone su granito para un conjunto muy reconocible:
El Bacardí Carta Blanca aporta la base alcohólica y el punto cítrico y de melaza.
La lima lo hace fresco, con una acidez agradable que lo hace muy apetecible.
El tomillo añade dulzor y el punto mediterráneo.
El bitter añade la sensación especiada y ligeramente amarga.
El Fernet da un punto herbáceo que nos recuerda a un Mojito y nos acerca al sabor de los aperitivos italianos.
Y la soda da la chispa para que todos los ingredientes brillen y alarga el trago para hacerlo más fácil de beber.
– ¿Qué destacarías de los cócteles de los otros finalistas españoles?
De mis dos compañeros destaco la utilización de vino en ambos cócteles, me parece un recurso muy interesante y que no se da tan a menudo en este tipo de cóctel de perfil «clásico».
Ambos son grandes bartenders con mucha capacidad de transmitir su historia a través de su trabajo, los dos cuentan sus vidas y nos sumergen en su intimidad con sabores muy propios de cada uno. En el caso de Alberto, la utilización de romero y vino de jerez, ya que él es de Cádiz y, en el caso de Lewis, que es de Gales, el uso del vino tinto y el chocolate.
«- El Luchador» por Matías Iriarte
– 50ml de Bacardí Carta Blanca
– 25ml de zumo de lima
– 25ml de sirope de tomillo
– 10ml de licor Fernet
– 1/2 dash de bitters
– Top up de soda