Por lo que sabemos, en occidente, el ron se produjo comercialmente por primera vez en Brasil, a comienzos del siglo XVII.
Sin embargo, en el mundo del ron se suele plantear que, aunque no sea exactamente su lugar de nacimiento, la verdadera primera cuna del ron fue la colonia inglesa de Barbados, alrededor de 1645. Es en Barbados, se dice, donde el ron fue importante y comenzó su andadura por el mundo. La fuente fundamental de esta común opinión es el gran libro de Richard Ligon “A True and Exact History of the Island of Barbados”, publicado en 1657, en el que describe de manera clara la producción de ron, al que llama Kill-Devil.
Pero tras una investigación sobre la colonización francesa del Caribe, un tema poco estudiado por los historiadores y casi desconocido por el gran público, he llegado a la conclusión de que las cosas podrían haber ocurrido de distinta manera.
Todo comienza en la isla de Saint-Cristophe, hoy Saint Kitts. Los ingleses se establecieron allí en 1623 y los franceses alrededor de 1625. Al principio sus relaciones fueron buenas, se dividieron pacíficamente la isla y juntos, poco después, exterminaron a los indígenas que vivían allí. Después las cosas empeoraron y la isla fue durante décadas una lucha entre las dos potencias, hasta la victoria final de los británicos en 1783.
Cuando se establecieron en Saint-Christophe, los franceses conocían ya bien América y sus recursos. De ello da cuenta Philip P. Boucher France and the American Tropics to 1700 donde señala que “el rey de Francia, Francisco I (1516-1547) rechazó claramente las pretensiones españolas y portuguesas sobre el monopolio de las Américas. Es una anécdota muy citada que el rey pedía repetidamente al embajador español que le enseñara el testamento de Adán en el que se dejaba América a los ibéricos”.
Solo las terribles guerras de religión que convulsionaron y desangraron a Francia en la segunda mitad de 1500 impidieron a la Corona francesa establecer colonias en las Américas. En especial, los franceses intentaron repetidas veces establecerse en Brasil.
Después de 1625, a Saint-Cristophe llegaron numerosos colonos y en 1635 los franceses comenzaron la colonización de Martinica, Guadalupe y otras islas menores. Los franceses, igual que los ingleses, también buscaban tierras donde cultivar los productos tropicales cuya demanda en Europa estaba en alza. Al principio cultivaban tabaco, después probaron otros cultivos, entre ellos la caña de azúcar.
Además, cuando se establecieron en Saint-Christophe, los franceses conocían también la destilación alcohólica y desde hacía mucho tiempo producían una bebida destilada, el brandy, prueba de ello es la siguiente cita:
En los archivos del Artois, que datan de 1308, hay una referencia a un agua que arde preparada para las hijas de la Condesa Mahaut. Está catalogada junto a varios objetos que se deben pagar al Conde de Artois, y se refiere a 20 sous y 10 denarios por el vino que Master Girard ha traído para hacer el aguardiente (…) para la curación de nuestras hijas. (C. Anne Wilson “Water of Life”).
Sabemos además que en la Corte Papal de Avignon en las primeras décadas del siglo XIV se discutía sobre cómo conservar la salud tomando el aqua vitae, y que en 1330 el Papa Juan XXII tenía un alambique.
En estos primeros años, el alcohol era una medicina. El paso al consumo por placer y a la producción comercial se produjo en Italia en el transcurso del siglo XIV y después se difundió también en Francia. Incluso es conocida la existencia de un gremio (ayga ardenterius) en Provenza ya en 1411.
En 1514 el Rey de Francia Luis XII permitió al gremio de los productores de vinagre destilar aqua vitae y hacia la mitad del siglo XVI los destiladores franceses se organizaron en un gremio independiente y el vino destilado (brandy) llegó a ser una bebida muy popular. Según G. Gomet en su libro «L’eau de vie, naissance et premier pas» en La Rochelle en 1559 un funcionario declara que «el vino es mediocre, pero es excelente para hacer el eau de vie» y que «los barcos que van a Londres llevan toneles de vino y barricas de eau de vie».
Como bien apunta H. de Bruyn Kops en su texto A Spirited Exchange The Wine and Brandy Trade between France and the Dutch Republic:
Los vinos de la zona baja del Loira se consideraban a duras penas aptos para el consumo humano, pero producían un buen brandy. Los holandeses introdujeron y comercializaron la tecnología que destilaba los vinos de Nantes en un excelente brandy, un producto muy bebible y por lo tanto comercializable. Algunos de estos “gevuerde wijn” (vino cocido) eran a su vez utilizados para reforzar los vinos débiles para que durasen más tiempo… El gobierno francés reconoció esta producción ya en 1605 cuando el rey Enrique IV concedió a Isaac Bernard, uno de los oficiales de su corte, un monopolio por diez años sobre el transporte de los brandys que venían de Nantes y estaban destinados a la exportación.
En 1631 Nantes exportó 1382 toneladas de brandy y ese mismo año algunos empresarios holandeses expidieron a Nantes 235 alambiques. Otros 10 alambiques llegaron de otros lugares. Por tanto solo en ese año llegaron de los Países Bajos a Nantes 245 alambiques. Se trataba de un verdadero ejemplo de deslocalización. Y es importante subrayar que Nantes era solo uno de los puertos franceses desde el que se exportaba el brandy francés y que los holandeses no eran los únicos importadores.
Resumiendo, en el momento en que se instalan en el Caribe, los franceses no solo conocían bien América y sus recursos, en particular la caña de azúcar, sino que a la vez eran expertos productores de una fuerte bebida destilada, el brandy.
Tras haber trazado de manera sumaria el contexto histórico en el que nos movemos, veamos ahora algunas fuentes francesas de la época. Para comprenderlo mejor, recordemos que los franceses llamaban vin, vino, no solo al vino de uva, sino también a otras bebidas fermentadas. Así que vin de canne, vino de caña, era una bebida fermentada obtenida de la caña de azúcar. Por otra parte, llamaban eau de vie, aguardiente, a toda bebida destilada. Por tanto la eau de vie de canne es el aguardiente de caña de azúcar, es decir nuestro ron.
En el acta de la Asamblea de la Compañía de las Islas de América del 13 de agosto de 1639 se lee:
Sobre la demanda presentada por Jean Faguet… se ha concedido al citado Faguet que pueda hacer durante seis años con exclusión de cualquier otro en las citadas islas, el aguardiente de lo que crece en esa isla, a cambio de pagar a la Compañía el XXº del aguardiente que produzca, con la prohibición a todos los demás de hacer lo mismo en las citadas islas durante el citado lapso de tiempo bajo pena de confiscación de la que hagan y de mil libras de tabaco de multa.
Mientras que en la “Rélation de l’établissement des Francois depuis l’ann 1635” publicada en 1640 por Jacques Bouton se menciona: “A ellos (los esclavos) les gusta mucho el aguardiente, al que llaman quema vientres”.
Con el acta de la Asamblea de la Compañía, del 7 de enero de 1643, se concede al capitán Flament el permiso de producir alcoholes en Guadalupe, pero no en exclusiva. Otros colonos tienen también el derecho de seguir produciéndolos, como evidentemente lo llevaban haciendo desde hacía tiempo.
Así pues, en el Caribe francés, en torno a 1640, producir y consumir bebidas destiladas era una práctica común. Entre las distintas bebidas destiladas producidas, ¿estaba también el ron? En esos primeros años no podemos estar seguros, pero poco más tarde ciertamente que sí. Estas son las pruebas.
Maurille de Saint-Michel, “Voyage des Isles Camercanes en l’Amérique”, 1652:
Nunca antes había visto un país donde se pudieran encontrar tan diversas variedades de bebidas como en Saint-Cristophe. Un sitio mucho más antiguo y afrancesado que Martinica, donde los holandeses han traído su cerveza y los normandos sus sidras, aunque no se conserva por mucho tiempo. Aquellos de Saint Malo paran en Madeira y recogen el vino que transportan hasta aquí, el cual venden a un precio elevado; mientras que los de La Rochelle lo traen de Gascuña, el cual añejan y se vuelve amargo muy rápido, aunque el vinagre se vende bien. Todo el mundo trabaja duro para tener el agua de la vida a la isla y ese es el alma de este país. Algunos lo hacen de rosolio; otros lo producen del vino de la caña y muy pronto les diré cómo lo producen; algunos más de Oüicou e incluso del Masbi.
Y aquí no puede caber ninguna duda: Maurille de Saint Michel nos dice claramente que en Saint-Christophe se producían regularmente diferentes tipos de alcoholes, entre ellos los obtenidos de la caña de azúcar: el ron.
Y he aquí otra prueba. Jean Baptiste Du Tertre visitó varias veces las islas francesas del Caribe entre 1640 y 1647. Y es bastante conocido por los apasionados de la historia del ron, porque le debemos la más famosa, clara y exhaustiva descripción de la producción del ron en el Caribe francés, contenida en su muy citada “Histoire générale des Antilles habitées par les francois…” publicado en 1667 y que se ha convertido en un clásico de los estudios sobre la historia del Caribe francés. Después de haber descrito cómo se produce el azúcar, escribe:
Ni la caña triturada en los descartes apartados de la segunda y tercera cocción del azúcar son inútiles. Los posos se colocan en una artesa donde se usan para producir aguardientes o brandy. Los esclavos preparan una bebida embriagadora que se vende bastante bien en las islas… Todos estos pequeños trucos contribuyen de manera significativa a gestionar bien una plantación de azúcar.
Más tarde, hablando sobre los esclavos relata:
Se les da a beber aguardiente solo cuando se les obliga a realizar algún trabajo duro, o cuando replantan el tabaco bajo la lluvia. El aguardiente es de lo más común en las islas, desde que se produce azúcar, por el secreto que se ha encontrado de hacerlo con la espuma que se obtiene de las calderas…
Pero su libro se publicó en 1667, 10 años después del de Ligon y por tanto no puede ser usado para refutar la primacía de Barbados en la producción comercial del ron.
Pero, continuando mis investigaciones, he descubierto que Du Tertre ya había escrito un libro anterior, más breve, inmediatamente después de su regreso a Francia, en 1647. Este libro circuló en forma de manuscrito y finalmente se publicó en 1654.
En este primer libro, encontramos una descripción más amplia y detallada de las técnicas de cultivo de la caña de azúcar y de la producción de azúcar. Una actividad compleja, difícil, poco conocida, escribe Du Tertre, un verdadero secreto industrial que al principio los colonos franceses tenían dificultad en dominar. Pero a veces la fortuna ayuda:
Monsieur de Poincy lo obtuvo por casualidad; pues un azucarero portugués hombre muy experto que le servía, habiendo cometido algún crimen por el que debería ser ahorcado, Monsieur de Poincy le perdonó, a condición de que le enseñara su secreto a uno de sus domésticos; lo que hizo, y desde entonces se hace cantidad de muy bueno y muy fino azúcar en Saint Christophe.
Y finalmente encontramos lo que estábamos buscando: “Se saca aún otra muy grande utilidad del azúcar de estas cañas; pues de ellas se hacen aguardientes muy excelentes, que se venden muy caros en el país”.
Por lo tanto, en dos libros franceses distintos, publicados algunos años antes que el libro de Ligon, encontramos las pruebas más antiguas y seguras sobre la producción de ron en el Caribe.
¿Con ello podemos decir que la primacía de la producción comercial del ron en el Caribe pertenece a los franceses y que Barbados llegó solo en segundo lugar? No, no podemos decirlo. Hay otros documentos ingleses sobre Barbados, más antiguos, pero menos claros que el libro de Ligon, que deberian estudiarse a fondo. Y no sé si eso vale la pena, se trataría en todo caso de pocos años de diferencia.
Lo que ahora podemos decir con certeza es que en la ca-rrera para producir comercialmente el ron en el Caribe, los franceses y los ingleses llegaron al mismo tiempo a la meta.
La hegemonía cultural de la lengua inglesa es hoy un hecho. Además, durante siglos los ingleses han sido con mucho los mayores productores y consumidores de ron. Todo ello explica por qué la atención de académicos, divulgadores y apasionados se ha concentrado en Barbados y mucho menos en las islas francesas del Caribe. Pero la verdad histórica es que en los mismos años se comenzó a producir comercialmente el ron en el Caribe inglés y en el Caribe francés.
El ron, pues, ha tenido muchas cunas.