Hace no mucho tiempo, cuando empecé a adentrarme en el mundo del ron, me encontraba bastante perdido y me era complicado encontrar información fiable al respecto.
Marcas que se autoproclamaban como el mejor ron del mundo, expresiones de escasa calidad que ostentaban medallas de distintos eventos, botellas horribles a precios desorbitados y verdaderas bellezas a precios irrisorios. Embajadores de marca que sabían poco de su producto y atacaban a la competencia o repetían una y otra vez las mismas mentiras que, sin pudor alguno, se había inventado el responsable de marketing de turno.
Inmerso en esta maraña de desinformación, uno de mis mentores en el mundo del ron, Marco Graziano, me dio uno de los consejos más valiosos y que me han hecho crecer dentro de la industria.
Visita, me dijo, al menos una vez, todos los festivales de ron más importantes y saca tus propias conclusiones. Es una actividad que te costará dinero, prosiguió, pero una vez que hayas visto todos, decide aquellos a los que te interesará volver cada año.
Y así lo hice. O casi, pues la fiebre de los festivales ha sido tal en los últimos años que, sin miedo a exagerar, podría decir que hoy en día existen cerca de 50 festivales de ron en todo el mundo. Así pues, en dos años me di a la tarea de visitar Berlín, Roma, Milán, París, Madrid, Barcelona y Miami. A unos he vuelto, y a otros, como por ejemplo Londres, no he tenido la posibilidad de asistir todavía ya que las fechas suelen solaparse. A algunos más, los más recientes, espero poder visitarlos en las próximas ediciones.
Pero… con tantos festivales alrededor del mundo, cada uno de su padre y de su madre, es normal que se generen entre los profesionales y consumidores noveles una serie de dudas. ¿De qué sirven los festivales? ¿Cuál es su función? ¿Qué tienen de interesante? ¿Qué diferencias hay entre uno y otro? En las páginas siguientes, y siempre desde mi experiencia, intentaré dar respuesta a cada una de estas preguntas.
Lo primero que hay que entender es que cada festival es diferente al resto. Esto sucede principalmente por las diferencias culturales que existen entre los países, ya sea de consumo de alcohol, de su relación histórico-colonial con los países productores y, por supuesto, de lo más o menos desarrollado que se encuentre el mercado del ron en esa zona.
De esta manera, es de vital importancia comprender que los festivales cumplen, o deberían de cumplir, con dos funciones principales: fomentar la cultura del ron en su zona de influencia y ayudar a desarrollar el mercado. Si estas dos premisas no se cumplen, tanto consumidores como marcas no tendrán interés en participar, condenando al festival al fracaso.
A partir de ahí, existen un serie de objetivos propios que cada festival se puede marcar en función de las necesidades de su zona, ya sea promover un tipo de consumo u otro, acercar a marcas y distribuidores, evaluar rones y repartir premios, ser el escaparate para las novedades, etc. Pero eso sí, dichos objetivos deben estar en concordancia con las dos premisas principales, lo contrario sería como tirar piedras a su propio tejado.
Para mí, un festival completo es aquel que eleva la cultura del ron entre los consumidores y profesionales mediante conferencias, talleres y catas. Donde los consumidores pueden encontrar una amplia variedad de marcas para probar y en donde se les incentiva a degustar el ron solo. Un festival sin la parte educativa es simplemente una gran fiesta, mientras que uno donde todas las marcas ofrecen cócteles deja de ser un festival de ron para convertirse en uno de coctelería.
Sin duda, un buen festival es aquel donde la entrada tiene un coste para el consumidor y donde los distintos profesionales pueden encontrarse para realizar networking y cerrar acuerdos comerciales.
Por el contrario, un festival gratuito se convierte en una barra libre, donde el consumidor no aprecia el valor de los productos y donde el gasto principal lo asumen las marcas. Peor aún, un evento sin presencia de distribuidores deja de ser una inversión y se transforma en un gasto sin retorno para las marcas.
Por último, todo festival que se precie debe ser capaz de organizar un concurso, evaluar los rones, otorgar los premios y saber comunicar los resultados a los consumidores.
Si pensamos que en el mundo existen cerca de 4 mil marcas de ron, las medallas otorgadas cada año por los festivales son una referencia de calidad tanto para profesionales como para los consumidores. Hacerlo de manera honesta representa una poderosa herramienta para incentivar la producción y el consumo de destilados de calidad, hacerlo de forma contraria es tan solo generar una cota de poder para los organizadores del festival y un atentado contra las dos premisas principales.
A continuación y a manera de resumen, haré un repaso de los festivales más importantes citando sus fortalezas y debilidades.
No obstante, me gustaría trasladar el consejo que recibí de mi buen amigo Marco e invitar a todos aquellos que quieren adentrarse en este fascinante mundo a que visiten los que más les llamen la atención y saquen sus propias conclusiones.
Paris Rhum Fest (Entrada aprox: 30€/día | A principios o finales de abril, depende el año)
Si lo tuyo es el ron agrícola no puedes dejar pasar por este festival. Debido a su relación histórico-político-cultural, París es el punto de encuentro para todas las marcas de ron elaboradas en los territorios franceses de ultramar. Aunque muchas marcas hechas a partir de melaza se encuentran presentes, el plato fuerte es la enorme cantidad de rones de jugo de caña disponibles para catar.
Otro apartado importante es el concurso de cata. En él se evalúan poco más de 300 referencias de ron, la mayoría de estilo agrícola. Para evitar cualquier conflicto de intereses, Cyrille Hugon, organizador del festival, delega en la figura de Marc Battais la ejecución del concurso. Marc lleva a cabo un trabajo meticuloso, en el que una selección de jueces locales hace una primera criba, mientras que la fase final la realiza un panel de jueces internacionales, proveniente de países como Canadá, Estados Unidos, México, Perú, España, Bélgica, Italia, Grecia, Hong Kong y, por supuesto, Francia. Los nombres de los jueces y los resultados son públicos, haciendo de estos premios una guía práctica de compra para profesionales y consumidores.
Aunque el festival tiene una sección formativa, esta no es una de las atracciones principales. No obstante, la parte negativa es la enorme afluencia de gente. Francia vive un momento dulce para el ron y a pesar del coste de la entrada, cada año se acercan al festival cerca de cinco mil amantes del ron, haciendo complicada la degustación de todos los productos.
Congreso Internacional de Ron de Madrid (Entrada: gratuita | Última semana de mayo)
El evento de Madrid se divide en dos partes. La primera, el Congreso, es el evento más importante en el mundo del ron a nivel formativo. Durante los dos días de duración, directores de empresas, técnicos, personal de marketing y ventas, así como reconocidos maestros roneros se dan cita para presenciar ponencias que abarcan temas tan específicos y variados como los procesos técnicos de producción del destilado, los comportamientos del mercado, la elección del packaging o las políticas ambientales de las destilerías, todo en un lenguaje muy técnico y en un ambiente formal. La entrada a las conferencias suele estar en 300€.
En cambio en la segunda, el Festival, la entrada es gratuita para todo el público y se convierte en una barra libre en la que las marcas se dedican a servir combinados en lugar de potenciar el consumo de ron solo. Lamentablemente, esto ha hecho que el número de marcas participantes descienda año tras año. A diferencia del Congreso, el Festival carece de una parte formativa para el consumidor, mientras que el concurso de cata es uno de los más herméticos, en el que no se sabe quiénes conforman el panel del jurado ni con qué criterios se evalúan los rones.
German Rum Fest, Berlín (Entrada aprox: 30€/día | Segunda semana de octubre)
Berlín es hoy en día el festival de referencia y junto con el festival de París, una de las citas que trato de no perderme todos los años. El festival se realiza en una ubicación inmejorable, permitiendo que los casi cuatro mil visitantes que ahí se dan cita, puedan moverse libremente de un stand a otro sin sentir agobio. Creo importante resaltar el nivel del consumidor alemán. La estampa común es encontrar grupos de amigos que deciden pasar una tarde catando y aprendiendo sobre ron. La gente escucha las explicaciones de las marcas, pregunta, saborea los destilados y llena los salones donde se imparten los talleres y conferencias. Aunque mentiría si dijera que a nadie se le suben las copas, esto no es la tónica habitual, de hecho, la organización acostumbra poner fuentes de agua de manera gratuita, para que la gente se mantenga hidratada y lave sus copas.
Las ponencias son de gran calidad y aunque hay asistentes extranjeros que se quejan de que suelen ser impartidas en alemán, lo cierto es que están pensadas para elevar el conocimiento del público local. Por otro lado, al igual que en París, su concurso de cata está organizado por una persona distinta al director del festival, de esta manera, Dirk Becker deja en manos de Christian Lehnert la coordinación del certamen de cata. El panel de expertos cambia año tras año y las identidades de los jueces pueden encontrarse en el sitio web del evento así como una breve descripción de su trayectoria en la industria del ron.
En cuanto a los rones, Berlín se caracteriza por ser el festival en el que se pueden encontrar mayor cantidad de novedades. Al realizarse en octubre, las marcas suelen llevar, a manera de prueba, los lanzamientos que tienen preparados para el siguiente año. Esto sin contar el gran número de expositores y la calidad de los mismos. Por si esto fuera poco, este festival cuenta con una zona de fumadores, donde los asistentes entendidos en la materia pueden realizar un pairing entre su ron preferido y una cuidada selección de puros.
ShowRum, Italian Rum Festival, Roma (Entrada aprox: 25€/día| Última semana de
septiembre o primera de octubre)
El consumo de ron en Italia lleva algunos años experimentando un crecimiento moderado pero constante gracias, entre otras cosas, al empuje de este festival año tras año. Leonardo Pinto, uno de los mayores expertos de ron a nivel mundial, está detrás de la organización de este evento y su mano se nota.
Leonardo ha apostado por llevar a su festival una combinación de marcas tradicionales y nuevos productos, acompañadas de un programa educativo de calidad pero con un nivel adecuado para el consumidor medio. En su búsqueda por la innovación, este festival ha sido el pionero en integrar a la cachaça dentro del mundo del ron. De esta manera, el Festival de Roma se caracteriza por ofrecer al público un buen número de referencias provenientes de Brasil, algo que, poco a poco, empiezan a emular otros festivales.
Rum Renaissance Festival, Fort Lauderdale, FL. (Entrada aprox: 50€/día | Mediados de junio)
En su día fue uno de los festivales más importantes del mundo y hoy se encuentra en un proceso de transformación y resurgimiento que le ha llevado a dejar su antigua sede en Miami para instalarse en Fort Lauderdale. Como parte de su reinvención, este festival está dejando de lado a las grandes marcas y en su lugar está atrayendo a pequeños productores de todo el país. Así como el movimiento de la cerveza artesana causó furor en aquel país hace 20 años, hoy en día se calcula que existen unas dos mil microdestilerías en Estados Unidos. Con que solo el 1% produjera ron de calidad… ¿se imaginan lo que puede ser eso?
Otro punto a favor es la competición de cata. Este festival tiene la particularidad de que los premios se otorgan por dos paneles diferentes, uno conformado por expertos profesionales y otro por consumidores. Normalmente los resultados del panel de expertos sirven para evaluar las marcas en términos de calidad, pero no necesariamente se ajustan a las tendencias del mercado. Para ello está el panel de consumidores que nos indica los gustos del consumidor medio.
Como parte negativa no hay que desestimar el costo del viaje. Además, el evento suele estar impregnado de la cultura americana del espectáculo y, aunque suele tener una serie de ponencias de buen nivel, la balanza termina inclinándose hacia el lado de la fiesta.
UK Rum Fest, Londres (Entrada aprox: 60€/día | Tercera semana de octubre)
Como sucede con el festival de París y el ron agrícola, Londres es la cita habitual para todos los rones del caribe británico. Si te sueles decantar por los rones pesados, afrutados y especiados, el UK Rum Fest es tu evento anual. Aquí los rones de Jamaica, Barbados, Guyana, St. Lucia, Antigua y Trinidad hacen las delicias de los asistentes.
El elevado precio de entrada responde a la necesidad de la organización de evitar que el evento se convierta en una macro fiesta de borrachera absoluta y, de esta manera, atraer solo a los verdaderos amantes del ron.
Rum Day, Milán (Entrada aprox: 30€/día | Última semana de octubre o primera de noviembre)
El más pequeño en cuanto a aforo y expositores, se ha ganado un lugar en la lista de los más importantes por la estrecha relación que guarda con la casa Velier, uno de los importadores y embotelladores independientes que está revolucionando el mercado del ron.
El equipo de Velier se ha dedicado a recorrer el mundo para traer a Europa los rones más característicos de cada rincón del globo, al mismo tiempo que ha seleccionado aquellos de gran calidad para embotellarlos bajo su propio sello. Por tal motivo, Velier se ha vuelto una de las referencias obligadas para los coleccionistas de ron más apasionados y en Milán es posible probar todo su porfolio.
La parte negativa del evento es sin duda la localización, pequeña e incómoda, así como el uso de pequeños vasos de plástico para catar en lugar de una copa de cristal como mandan los cánones.
Las nuevas promesas
Cada año nacen nuevos festivales de ron alrededor del mundo y, de la misma forma, otros desaparecen. Resulta complicado seguirle la pista a todos y no hay dinero que alcance, ni de las marcas ni de los visitantes, para sostener esta burbuja. Pero por unos u otros motivos, ciertos festivales nuevos comienzan a hacerse un hueco en la agenda de marcas y amantes del ron.
En primer lugar esta el Salón de Ron de Bélgica, en la pequeña localidad de Spa. La elegancia, sofisticación y cuidado al detalle, así como un mercado del ron en crecimiento, son las claves que están potenciando este festival.
El Festival de Ron y Whisky de Atenas es otro que está dando mucho de que hablar. Uno de los motivos principales es que la cara visible de la organización es Thanos Prunarus, un relaciones públicas nato, amante del ron y del buen vivir. Thanos es dueño del afamado Baba au Rum, uno de los bares dedicados al destilado de la caña de azúcar más famosos a nivel mundial e integrante habitual de la lista de los 50 mejores bares del mundo. Esto y el despunte que está teniendo la coctelería en Grecia, hacen que este evento empiece a convertirse en ineludible.
El Festival del Amor al Ron en Breslavia, Polonia, debutó el año pasado y ha dejado a los profesionales y consumidores con un gran sabor de boca. Una apuesta de las marcas para empezar a conquistar el mercado de Europa del Este que cuenta con un as bajo la manga, la calidad de la industria de la hospitalidad polaca. Esa es la clave para que, en tan solo un año, el evento ya haya empezado a cobrar fuerza.
Por último, pero no por ello menos importante, se encuentra el Congreso de Ron de Barcelona. Un evento que en los dos años que lleva de vida, no ha escatimado recursos para hacer de la Ciudad Condal la capital mundial del ron por unos días. Los organizadores han proyectado un evento de calidad, con un programa formativo excepcional, grandes ponentes y magníficas locaciones, pero, las cosas como son, han fallado en atraer al público. Aunque existen rumores sobre su posible desaparición, esperemos que esto no sea así y que este año venga con más fuerza que nunca.