20 gramos de azúcar añadido, el nuevo límite establecido para acabar con la discordia.
Aunque de manera errónea se ha extendido entre profesionales del sector la idea de que en el mundo del ron no existen reglas, lo cierto es que muchas normativas distintas lo regulan según los países de producción y de consumo.
De hecho, uno de los puntos que más debate genera dentro de los mismos productores y también recientemente entre consumidores es la permisividad o no en el uso de aditivos para edulcorar los productos. Según el Reglamento Europeo 110/2008, en el apartado 1(d) se menciona que el ron no podrá contener edulcorantes, mientras que en el 1(e) aclara que el uso de caramelo es solo apara corregir el color.
Para muchos, con esta normativa quedaba claro que el uso de cualquier aditivo estaba fuera de la ley. Para otros, la no especificación dejaba abierta la posibilidad a utilizar azúcar y otras sustancias para redondear el sabor, mientras no se superaran los 100 gramos de azúcar por litro (g/l), límite que separa los destilados de los licores.
Por ello, cuando a principios de este año se anunció que la Comisión Europea, junto a instituciones sectoriales de cada país, estaban trabajando en un borrador para modificar la legislación actual y poner un límite máximo en el uso del azúcar, la noticia corrió como pólvora.
Según los documentos que se han hecho públicos, el nuevo borrador propone una serie de cambios respecto a la legislación vigente de 2008, siendo su principal novedad el establecimiento de un tope máximo de 20 g/l. En teoría, todo debería estar listo para que la nueva normativa entre en vigor en 2019.
Sabiendo la importancia y el debate que este tema va a generar dentro de la industria, Rumporter se ha puesto manos a la obra para trasladar a nuestros lectores las opiniones de los expertos. Por tanto, hemos aprovechado la temporada de festivales de otoño para entrevistar a tres personajes influyentes dentro del sector y así conocer sus puntos de vista ante los cambios que se avecinan.
Entrevistamos a Nicolas Legendre, Director General SPIRIDOM.
Nicolas Legendre ha sido uno de los personajes más proactivos para sacar adelante esta nueva regulación. Trabaja en la industria del ron desde 1995, año en que viajó a Guadalupe y conoció al señor Roger Damoiseau, entonces presidente de la compañía Damoiseau. Tras año y medio en Guadalupe trabajando para ellos, Nicolas regresó a Francia para desarrollar Damoiseau Export, empresa encargada de distribuir esta marca en todo el mundo.
Tras el acuerdo alcanzado entre Damoiseau y Clément en 2005, Legendre comienza a hacerse cargo de SPIRIDOM, un proyecto conjunto entre estas dos empresas para la exportación y distribución de ambas marcas. Con los años, Nicolas se ha convertido en Secretario General del conglomerado Damoiseau y en paralelo trabaja como miembro del Organismo de Defensa y Gestión (ODG) de los rones tradicionales de los territorios franceses de ultramar.
R: ¿En qué consiste esta nueva regulación y cuándo entrará en vigor?
NL: Este reglamento tiene como objetivo aclarar la regulación en torno al ron y responder a la pregunta ¿Qué es y qué no es ron?
Las reglas principales serán:
1) Estará prohibido añadir más de 20 g/l de azúcar.
2) La edad reflejada en las etiquetas será la del líquido más joven (sobre todo enfocándose en el método solera, donde el ron más añejo es el que se menciona).
La Comisión Europea planea que esta normativa entre en vigor en 2019.
R: ¿Quién y cómo supervisará que las marcas cumplan con esta regulación?
NL: Cada oficina de control tendrá que verificar que las marcas respeten esta normativa, por ejemplo la DGCCRF en Francia. De hecho, las asociaciones profesionales como ODG en Francia, pedirán a las oficinas locales de control que realicen pruebas a los productos.
R: Tú formaste parte del grupo de cabildeo para que se introdujera este límite de 20 g/l de azúcar. ¿Cómo surgió esta iniciativa y qué estrategia siguieron?
NL: En la legislación actual ya se menciona que el «ron no puede contener saborizantes». La ODG y nuestras autoridades, así como autoridades de otros países europeos, notaron que muchos rones importados tienen valores de azúcar muy altos, incluso de más de 40 g/l. Entonces se pensó que la regulación al respecto debía ser más precisa. La Comisión Europea también se dio cuenta de ello y pidió a todas las autoridades europeas que trabajaran en el tema. El gobierno francés nos preguntó cuál era nuestra posición al respecto. La CIRT-DOM y la ODG discutimos el tema con otras asociaciones de productores de ron como WIRSPA y se llegó a la conclusión de que lo mejor era establecer el límite en 20 g/l.
R: ¿Cómo va a ayudar este cambio en la normativa a impulsar la categoría?
NL: La meta de esta regulación no es impulsar la categoría, pero sí dejar claras las reglas. Una vez implantada esta regulación, el consumidor será más consciente de la diferencia entre el ron sin saborizantes, con un límite de azúcar añadido y con los años reales indicados en la etiqueta, y las otras bebidas espirituosas producidas con base de ron, como deberán clasificarse ahora estos otros productos.
R: Tú vienes del mundo del ron agrícola, donde la regulación sobre el uso de azúcar es bastante estricta. ¿Nos puedes decir por qué se ha establecido el límite en 20 g/l? ¿Fue una decisión aleatoria o existe una razón para que el límite se haya establecido en esa cantidad?
NL: Es verdad que el ron tradicional tanto de jugo de caña como de melazas, producido en los territorios franceses de ultramar, así como en la isla de Madeira, no permite el uso de azúcar añadido. El límite se puso en 20 g/l como resultado de una negociación entre todos los países de la Unión Europea. Para mí es esencial que exista una regulación al respecto, aun si esa regulación se desprende de una negociación y por lo tanto no sea perfecta…
R: ¿Esta normativa por si sola ayudará a que los consumidores sean más conscientes de lo que beben o habrá también una campaña para informar al consumidor por parte de la UE?
NL: No habrá ninguna campaña institucional al respecto. Como hasta ahora, cada marca podrá, si quiere, comunicar al consumidor su nivel de azúcar. En un futuro habrá más cambios y todos las bebidas espirituosas, no solo el ron, tendrán la obligación de mencionar en sus botellas la «información nutricional» de su producto, mencionando entre ello, su contenido de azúcar.
R: Probablemente muchas marcas vean afectadas sus ventas con la entrada en vigor de esta normativa. ¿Crees que debido a ello te ganarás la enemistad de algunas marcas? ¿Crees que las multinacionales y los pequeños productores responderán por igual a esta normativa?
NL: Es muy difícil afirmar que algunas marcas verán afectadas sus ventas. Es posible que los clientes decidan seguir comprando aquellas marcas que les gustan a pesar de que excedan el límite permitido y ahora se vendan como licor. También es muy pronto para determinar como reaccionarán las marcas, pequeñas o grandes, a esta nueva regulación. Sobre los enemigos, permíteme repetir que esta regulación proviene de una negociación entre los países europeos. Por ejemplo, Alemania quería establecer el límite en 15 g/l, y ellos no producen ron. La Comisión Europea quería limitar en términos generales el consumo de azúcar y eso no lo hacen por satisfacer la demanda de los productores de ron tradicional.
R: Según tenemos entendido, esta nueva regulación solo especifica el límite en el nivel de azúcar. ¿Existen planes para también regular otros aditivos utilizados en el mundo del ron?
NL: La regulación europea actual es muy clara al respecto y no hay por qué cambiarla. El ron no puede contener saborizantes. Esto indica que nada puede ser añadido, excepto agua para reducir el grado alcohólico y caramelo para corregir el color con un límite de oscurescencia del 2%. Todos los productos con sabores añadidos no son ron sino licores o bebidas espirituosas con base de ron. Esa es la regulación actual.