Degustación del Damoiseau 2008 Subprime y el 1995 Cask Strength

En medio del ala este de la «mariposa» guadalupeña, entre las suaves quebradas de Corneille y las transparentes aguas del Autre-Bord, se encuentra la destilería Bellevue-Damoiseau, la última destilería de ron agrícola que aún permanece en Grande-Terre. En el corazón de la cuenca de caña de azúcar de la isla, la destilería produce este ron que se disfruta en más de cuarenta países. Aquí es más sencillo comprender los climas del terruño que le otorgan su reputación y es el lugar ideal para saborear sus variedades, no lejos del embarcadero que hay más abajo, que daba la bienvenida a las residencias aristocráticas dos siglos atrás. Esta reputación se extiende al ron, ligeramente estructurado debido a la débil concentración de congéneres que contiene.  Porque es precisamente aquí donde reside su secreto: dos columnas rematadas en la parte superior con calienta vinos producen un destilado que arroja un porcentaje del 89%. Han erradicado algunos ácidos y ésteres de ácidos grasos, pero no le han quitado nada de su complejidad.

Damoiseau 2008 Subprime

Damoiseau 2008 Subprime Cuvée, destilería de Bellevue Le Moule – 47,9%

La forma pícara de Hervé Damoiseau de burlarse de la crisis financiera. Por supuesto, este Subprime se creó en 2008.


Nariz: agua de coco muy ligera, fortalecida con notas de cereza amarena y piña. Un elemento salado estimula la combinación, junto con la cáscara de nuez moscada o macis, que es más persistente.

Boca: las buenas cualidades del ron blanco de la destilería se redondean con un toque amaderado elegante y equilibrado: canela de Ceilán, pimienta rosa y ginseng. La fruta está ausente en boca, pero el perfil aromático continúa desarrollándose con notas de palisandro.

Final: la canela regresa notablemente, pero también está presente el tabaco de pipa. Nada de amargor: está perfectamente equilibrado.

Damoiseau1995_R

Damoiseau 1995 Brut de fût, destilería de Bellevue Le Moule – 66,9%

Elaborado a partes iguales a partir de ron agrícola y ron de melaza, este espirituoso se clasificaría en la gama extrema de amargos de calidad. Debería degustarse en dos fases, a fin de darle tiempo de respirar.

Nariz: el amargo Secrestat, el ristretto y el ruibarbo chino comparten entre ellos el amargor. Detrás de este, aparece sutilmente la manzana dulce.

Boca: genciana, cúrcuma, corteza de angostura y un toque más astringente de guaraná extraen un amargor que es suavizado por las melazas.

Final: al principio, el amargor es potente, con quinquina, antes de que las notas de sidra añeja y caoba barnizada completen el perfil aromático.